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Project room: Transper, casper @ Printed matter

Daniel Guzmán, Gabriel Kuri, Luis Felipe Ortega y Damián Ortega
TRANS 7, Arts. Culture. media
2000
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Comenzó en 1998 en la Cuidad de México por razones nobles y obvias. La noble es el entretenimiento de los hacedores- Daniel Guzmán, Gabriel Kuri, Damián Ortega y Luis Felipe Ortega- o más bien sacarle provecho a las entretenidas reuniones de los hacedores, que se realizaban, y se siguen realizando de cualquier manera. Las obvias son los deseos de crear un espacio para el debate y la publicación de material que, como público, y como artistas, no encontrábamos en ninguna otra revista. Nuestro criterio editorial esta lleno de accidentes e improvisación. Nos propusimos desde el principio, que la primera etapa de CASPER- es decir la revista de producción manual, en formato de media carta, edición de 200- tuviera una vida ilimitada. Esto con el afán de comenzar a crear – por default- una formula editorial que llegara a aburrir, o que nos ocupara más tiempo del que quisiéramos dedicarle cada quien a nuestras tareas individuales. Así que nos propusimos cambiar de giro después de un año de publicar mensualmente, y la primera etapa de CASPER concluyo después de 13 números. Debido a que ninguno de los editores queremos necesariamente hacer una carrera en el mundo editorial, quisimos conservar el espíritu de obra de arte colectiva; que se realizara con la ayuda de nuestros amigos, y sin el permiso de los autores a los que plagamos su material (pero sí  con todo respeto y agradecimiento). CASPER- que cambio de nombre a PERCAS, SPEARCA PLUS, PESCAR, PERSAC, PACERS, SCRAPE, CASREP, SEPRAC, ES CRAP, A-E-S-C-P-R, SERCAP, SERAPC, y en esta ocasión TRANSPER- ha pasado de ser EDICIONES CASPER, un organismo- aún- más flexible el cual pretendemos seguir publicando textos, múltiples o realizando eventos y generando proyectos. Quizá incluso regresemos al formato del primer año con alguna variación o valor agregado. Los números atrasados, es decir todos, se encuentran, en su mayoría aun disponibles . Seguimos además, manteniendo un lugar inmaterial listo para recibir y reaccionar a todo aquello que se nos presenta y nos dicte la próxima encarnación de nuestro amigo fantasmal.

Editorial. Este es el número piloto de CASPER.
La primera revista con titulo mutante de la que se tiene registro histórico. Escribir nuestra propia historia no nos corresponde a nosotros. Así es que por eso invocamos a este órgano: que es parte órgano, parte material, parte inmaterial, parte muégano y parte retruécano, para que la escriba por nosotros. Y así podamos pasar a ser protagonistas caso pecadores, patrocinadores, predicadores, calumnistas- y además infamosos oficios- de nuestra parroquia, para no tener que pasar a ser de todos los deberes el más infamoso, o sea el de cronistas o periodistas de lo que no nos corresponde, es decir de aquello que nos toca atestiguar, pero no para correr a contrario, si  no para dar fe de nuestra duda, nuestra confianza en el azar (asistido por el más sano de los nepotismos) y de nuestra única certidumbre que es la de no estar tan seguros de que estamos, o cuando menos estuvimos ahí, en el lugar de los hechos, listos con nuestras credenciales y la suficiente prepotencia como para afirmar que esto es así, o fue así, o debería se así, como es costumbre en la empresa editorial. Los artículos u otras intervenciones aquí publicadas son responsabilidad de los autores, y aunque de los autores sean responsabilidad de sus intricada genealogías, aunadas a todo aquello que los ha formado, motivado o confundido mas allá de su control y su deber, no quisiéramos que esto suene a consigna, a deslindamiento de responsabilidades ni a relativismos en material de propiedad intelectual. CASPER-  y con esta ánima abreviatura pretendemos englobar a los nombres de sus colaboradores- es un órgano que aún cree en la vigencia de los manifestos. Entendiendo por vigencia algo así como la caducidad de la fruta de la estación, que si bien es un fruto periódico y perpetuo de la generosidad de la tierra, también es cierto que los avances de la materia de agrarismo entre ellos, manifiestos impresos de revoluciones agrarias y tecnológicas que noblemente han servido, tras la vigencia de su contenido, para envolver víveres diversos, y así facilitarles sus transportes a las amas de casa) nos han mostrado que la perpetuidad y (un asterisco) sin casi sinónimos cuando se trata de materia tan inmaterial como las ideas, palabras, la critica, el punto, la línea. CASPER es una revista de trabajo , recibimos, con toda gratitud, las criticas, artículos, reseñas, notas, grafica o plagios diversos, en la dirección adjunta. Asimismo, agradecemos si alguno de nuestros lectores, asiduos u ocasionales, puede ponernos en con tacto con alguna persona u órgano que, a su juicio, debería obtener o colaborar con la revista.
Atte. El Consejo Editorial Daniel Guzmán, Gabriel Kuri, Damián Ortega, Luis Felipe Ortega. Cuidad de México a 1ero de mayo de 1998, día mundial del trabajo.

Luis Felipe Ortega colecciona y lee libros. Vive en un universo literario en donde se empalman y confunden las autorías y ya no cree- o no cree el percibir- la distinción entre la fuente y aquello que destila, los autores y sus volúmenes – entre los cuales por supuesto se incluye a si mismo- es decir, lo que pasa por enfrente y por dentro de sus gafas.

Daniel Guzmán dibuja compulsivamente. Su contribución a la revista, ha sido generalmente de orden dibujístico. Aún cuando ha colaborado con textos, estos han tenido indefectiblemente el espíritu y la inmediatez de sus dibujos. Se puede decir también- aunque esto nunca estuvo definido por escrito- Que Daniel es el editor de la nota de Toros y Deportes, que tuvo siempre un tono antideportivo y poco caballeroso. También en sus contribuciones de otros temas, transpira la imposibilidad de poder jugar respetando las reglas, o el deterioro y la corrupción que hay detrás de los juegos y rituales en nuestra sociedad.

Gabriel Kuri se empeña en el necio afán de contar las horas, días y los meses. Se podría decir, en ese sentido, que es quien ha llevado la contaduría. Sabe que a mayo le precede abril, y que la cuenta se hace sumando números, como también marcando las hojas del calendario con las cifras del olvido, el aburrimiento y otros agentes que estiran, comprimen y suspenden el tiempo.

Damián Ortega ha estado metido en mayor o menor grado en la empresa editorial por muchos años. Quizá lo que aún lo mantiene con un pié adentro (o cuando menos con las uñas) es un fervoroso deseo por conservar y depurar las técnicas más nobles de la edición, es decir: el cortar con tijeras y navaja, pegar con pegamento, fotocopiar y armar manualmente lo que otros perezosos-y manipulados por las fuerzas del mercado – harían por computadora.