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Ocupación de Luis Felipe Ortega

Héctor Delgado
Unomásuno, secc. Cultura
6 de junio, 2004
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Urdimbre, canevá, red, tejido, laberinto visual, maremágnum, trama de hilos completa desde una altura de 10 cms. del piso hasta 4.90 mts., tiene un punto máximo de acceso del espectador. Se expone en la Sala de Arte Popular Siqueiros (Calle Tres Picos, 29, Polanco, atrás de la Embajada de Canadá, se llega por Mariano Escobedo hacia el oriente dos calle, y, a una calle del Museo de Antropología, en Chapultepec, atrás del monumento a Ghandi), Ocupación, es una pieza que debe verse y disfrutarse. Es inquietante, y, dan ganas de contar en ese tejido de hilos que se instaló en El Cubo, cuántas pequeñas pelotas de esponja, que aparentemente se entrelazan con sutileza sobre algunos de los hilos que caen –o suben o se fugan- vertiginosamente, según la perspectiva del espectador. Un espacio especial que se adapta en un amplio cubo de 10X10 metros, al fondo del SAPS. Los hilos ¿cáñamo?, se entretejen desde 12 puntos de anclaje. Cruzan, se entrecruzan –pero misteriosamente no se tocan. Son como los camino de la vida. El propio artista Luis Felipe Ortega (egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y, hoy maestro de dibujo en La Esmeralda), dic dialogando con el redactor del texto de presentación: ¿qué significa ocupar, abarcar, involucrarse, según Luis Felipe Ortega? ¿La laboriosa y meticulosa acción de proyectar paciencia y matemáticas contra las fibras del tiempo y el espacio? ¿Domar y domesticar un material? ¿La fuerza ejercida por el cuerpo humano?  El artista es un pata de pero. Ha viajado –y expuesto- por Estados Unidos y Europa. En Francia, el Museo Georges Pompidou, adquirió para su colección, la obra de Luis Felipe Ortega, Remake. Al darnos la vuelta por las diversas salas del Siquieros, nos topamos con dos cuadros de El Coronelazo: uno, el retrato de Angélica Arenal, musa de David, quien nos ve en la rampa que lleva al primer piso, y, así poder contemplar desde un ángulo superior la pieza Ocupación. Eso causa otra emoción. La encrucijada de hilos -¿material que se doma, según el artista?-, y, ahí cuando un cuadro siqueriano, que un poco nos hace ver que Siqueiros quiso domar un material idéntico. David le llama Ejercicio óptico, fue pintado en 1934, piroxilina sobre formaica, de formato pequeño: 78X65 cms. El cuadro tiene hilos que se entrecruzan horizontal y verticalmente.  Y, en efecto, si uno admira Ocupación, de Luis Felipe por varios minutos, nos afecta óptimamente. Dan ganas de tirarse sobre esa urdimbre de la pieza. De seguro a los niños que vayan, les va a incitar a tocar las pelotas o tocar los hilos. Por cierto, sola, más que ellos, desolada, una pelota estuvo caída el día de la inauguración. Daba otro efecto. Ojalá no la levanten. Ocupación a mi juicio, es como la vida, sólo tiene ratos y raptos difíciles, éstos nos estimulan a seguir la lucha, en la urdimbre pues.